domingo, 22 de mayo de 2011

Nina Complot salvó al mundo...otra vez





Así es, el fin del mundo no llegó a pronunciarse realmente porque Nina se puso a trabajar valerosamente en ello. Y cómo una niña punk logró sacar lo mejor de sí y eliminar la amenaza de extinción de la humanidad.  Que no iba ser por la culpa de un meteoro, ni del calentamiento global, ni de una amenaza nuclear sino por  una banda de pájaros negros, hediondos y misteriosos que como plaga comenzaron azotar la tierra. Eso y las inmundas aspiradoras que se confabulan para destruir la paz con sus espeluznantes ruidos...  Aquí no hizo falta la aparición de ninguna secta, ni la codicia humana, para que la inteligente Nina se percatara de cuál era el verdadero problema. ¿Qué más? ¿Cómo acaba? ¿Cómo lo logra? Tendrás que leer la historia...






   Nina Complot es un libro para niños y adultos altamente recomendable escrito con mucha ironía y fuerza narrativa por Karen Chacek e ilustrado por Abraham Balcázar. Veremos como en este volumen editado por Almadía, se inician las aventuras de una niña singular que vive en un entorno lleno de complots y amenazas. Este texto fue escrito antes de todo este mal entendido de los mundos y sus finales, es divertido, ágil y seguro despertará más de una sonrisa entre sus lectores. Esta niña sincera, desenfadada, es una buena representación de los niños contemporáneos que ven en las adversidades sus mejores espacios de acción...






Qué esperas, yo ya lo tengo entre mis libros de consulta, no me vaya a topar con algún caso donde los objetos sean los que inicien la guerra real contra nosotros mismos...

viernes, 20 de mayo de 2011

¿El fin del mundo?





Cada cierto tiempo a la humanidad le surge la inquietud, ociosa o no, de hablar del fin del mundo.  ¿Por qué razón?  Tal vez porque somos seres catástrofes y nos gusta imaginar Apocalipsis y extinciones de dimensiones descomunales, quizá para exorcizarlas,  quizá para convocar la adrenalina de la imaginación y sentirnos vivos. Ahora se corre el rumor de que el 21 de mayo 2011 inicia el proceso o termina el fin del mundo (creo que para estos momentos los del otro lado del planeta, por la diferencia de horarios, deben estar experimentándolo, lo curioso es que no tenemos aún noticias, quizá sea más tarde, esperaré).  También puede ser que estén en la carrera por conquistar la fecha de la catástrofe, y estos individuos del país vecino ( que tienen férrea competencia por todo) quieran ganarle a los mayas, que dicen los que así lo quieren interpretar, ya pronosticaron el final de todo para el 2012.

Pero, yo me pregunto ¿el fin de cuál mundo? Si cada quien vive uno irrepetible, único, lleno de principios y finales. Cada cual ve la realidad y la experimenta de manera particular creándose una idea personal de lo que llamamos planeta. Además, hay cantidad de mundos internos o energéticos, inventados  o cuasi reales en nuestros sueños o en nuestras más ingeniosas creaciones visuales o escritas. Y desde ahí como poderosas criaturas que invocan y provocan todo, construimos o destruimos mundos, donde somos soberanos y súbditos. Entonces, ¿por qué seguir la fantasía de los que se inventan para mañana el exterminio de su mundo?  Te propongo que duermas tranquilo y esperes un nuevo día, seguro al despertar encontraras que los únicos meteoritos o invasores de otras galaxias o  erupciones volcánicas desenfrenadas y locas serán las que se cuelan después de un sueño pesado que te ha traído de nuevo al mundo que tú desde siempre quieras imaginar…

martes, 10 de mayo de 2011

Reseña sobre La criatura del Espejo




NARRATIVA
La criatura del espejo
Cecilia Eudave
Advierto a quien piense leer esta obra que, por última vez en mucho tiempo, se dé un vistazo en el espejo antes de empezar su lectura. Una vez que se sumerja en el mundo de Pablo, el protagonista de La criatura del espejo,probablemente le costará bastante esfuerzo volver a plantarse ante la pulida superficie que devuelve, a veces bajo traicionero propósito, nuestra imagen. Ésta es una de esas novelas que inicialmente no dejan ver el poder de atracción que finalmente ejercerán sobre el lector. Cuando se percata de ello, éste ya se halla tan sumergido entre sus páginas que no las abandonará hasta leer la palabra fin.
El ser que habita tras el espejo de Pablo, adolescente de atormentado espíritu, ve abiertas las puertas de su prisión cuando el muchacho golpea su propia imagen reflejada, en un repentino e impulsivo acto que le costará muy caro. Cecilia Eudave, magnífica escritora mexicana consagrada a base de talento y esfuerzo, plantea magistralmente el terrorífico zarpazo del espanto que se adueña de una mente inmadura. El espejo, símbolo del otro mundo, de lo oculto que sólo a veces y sólo por unos pocos se deja ver, se erige aquí en protagonista absoluto, en eje central de una novela que logra poner los pelos de punta al más avezado lector. Pocas veces se ha logrado un texto donde ambos mundos —el que suponemos real y el que preferimos que no exista— quedan milimétricamente divididos por la frágil frontera de un simple espejo. Y el puñetazo de Pablo es el acto heroico pero terrible por el que ambos mundos se abrazan en sólo uno, y el caos se desborda. «Que no es monstruo», repite incesantemente a todos el angustiado protagonista, ante cuyo sufrimiento la proverbial incomprensión sufrida por la adolescencia resulta ahora estúpida. Pero nadie entiende la diferencia. ¿Demente? ¿Drogadicto? Todos hacen oídos sordos al horrorizado discurso del joven; a todos les parece más probable que esté loco o que sea víctima de sustancias alucinógenas. Cualquier cosa excepto considerar la posibilidad de que tenga razón. Y cuando ésta se deja sentir con todo su peso, puede resultar demasiado tarde... para todos.
En La criatura del espejo, la autora se adentra en esos miedos, comunes a todos los mortales, que atenazan la voluntad y dislocan el entendimiento, y hace un estudio del pánico en la etapa quizá más sensible de la vida: la adolescencia. Sin embargo, resulta que en el mundo creado por la genial Eudave no es el adolescente el errado, el perdido, el desorientado. Él revela lo que todos desconocen y niegan. Él está situado entre los mundos real e imposible, y grita su verdad sin ser escuchado. Resuena entre sus líneas El Aleph, de Borges, y oímos ecos de Maupassant. Todos los terrores clásicos se encierran detrás del espejo de Pablo. Ahí los puso el buen gusto de Cecilia Eudave y, rompiendo los espejos en que todos nos miramos cada día, nos regala una terrible y maravillosa novela.
Sin duda, una cuidada edición de Editorial Progreso que todo buen aficionado ha de disfrutar.

José Antonio Carbonell Pla
La criatura del espejo
Cecilia Eudave
Editorial Progreso S.A. de C.V. (México)
160 pp.
ISBN: 9789706417909




domingo, 8 de mayo de 2011

Pesadillas al mediodía!



Mi último caso registrado por CE fue Pesadillas al mediodía. Debo admitir que en este libro mi percepción de lo otro se vio afectada por los conflictos internos que pasaba en ese momento. En efecto me sentía dentro de una caja con todas las desgracias dentro. ¿Te has sentido así? Yo varias veces y no es precisamente my agradable.  Esta historia habla de Nicolás un chico que a perdido recientemente a su madre y que ahora vive con una tía. Él sabe que la muerte de su mamá fue provocada por el demonio de la Asedia, conocido popularmente como uno de los siete pecados capitales que es provocado por: el demonio de la pereza. A Nico lo conocí a través de la profesora Alba, amiga entrañable y experta en sueños, tanto en el orden físico como metafísico, o si prefieres llamarlos paranormales. Ella investiga por qué soñamos lo que soñamos. Pretendo entrevistarla para este blog.


    En fin, casualmente me enrede en este asunto de sueños, pesadilla y corredores mentales llenos de laberintos, donde aprendí  sobre demonios y ordenes religiosas extrañas, únicas como lo son los Cistercienses, monjes que se encargan de mantener a raya al demonio de la pereza... Fue una lucha desigual, porque contra lo maligno nunca se sabe si se va a vencer o a tener una batalla justa, pero gracias al trabajo en conjunto, a las habilidades de todos los implicados y a la soberbia de los demonios (que eso siempre los pierde, no hay ser más vanidoso que un diablo endiablado) se consiguió esta historia. Agradezco a Enrique Torralba excelente ilustrador mexicano el trabajo realizado para interpretar de manera fabulosa el mundo onírico encerrado en este caso, en este texto...

   Tiene poco circulando en las librerías, si no la encuentras pídela, si no te la consiguen entonces dímelo, porque debe ser algún pequeño maléfico que los trata de esconder para que no conozcas cómo y dónde atacarlos...

lunes, 2 de mayo de 2011

Pequeña reseña de El enigma de la esfera




Agradezco al escritor y colega de mundos paralelos, Antonio Ramos Revillas (de quién recomiendo leer Cazador de Pájaros y Reptiles bajo mi cama) la breve reseña que hizo sobre otro de mis casos: El enigma de la esfera, con excelentes ilustraciones de Beatriz Martí Vidal. Debo admitir que es uno de mis expedientes favoritos porque me liberó de una pesada carga que desde hacía tiempo llevaba a cuestas.  Pena que se instauró en mí como un parásito, no tan cruel ni de consecuencias tan atroces como "El parásito" de Arthur Conan Doyle registrado magistralmente en sus Historias espeluznantes, pero que sí logró minar mi ánimo. agradezco también al doctor Castro que sabiamente me condujo por los parajes de los Yorubas que me devolvieron la paz y lograron enterrar allá entre la tierras africanas esa angustia (hasta donde tuvo que ir la redactora de esta historia, sí ya saben C.E., para recorrer esos lugares donde yo me reencontré). En fin, dejo aquí el link donde podrán leer lo que Antonio escribió sobre esta novela:

Extracto de La criatura del espejo





En esta entrada voy a proponer al lector que no ha tenido noticias de este caso de oscuros seres detrás de los espejos, un fragmento del libro La criatura del espejo.  Debo admitir que la redactora de este caso (la ya mencionada C.E. a la que también obsesionan los espejos) hizo un buen trabajo de síntesis en relación a mis  investigaciones. Dejo aquí esta pequeña muestra:


—Vamos a mandar a esa criatura de vuelta a
su casa. Pablo, debes confiar en mí. No tengas miedo.
Estoy segura que la clave es «el espejo de las
causas de todo». Mira, te voy a contar una historia:

«Hace mucho tiempo, en la antigua China,
Waing Hung inventó un espejo con recubrimiento
de mercurio. Este viejo sabio quería crear un artefacto
en el que pudieran ver los hombres en su
totalidad. No sólo físicamente, sino interiormente.
Esta encomienda se la hizo el emperador, un
hombre colérico y lleno de desconfianza. Él creía
que si Hung inventaba un espejo capaz de revelar
la verdadera cara de sus súbditos, podría distinguir
a los amigos de los enemigos. Durante nueve años
trabajó Waing Hung en el espejo, convocando a
los dioses, a la ciencia y a los demonios y a su fe
en todo eso. Entonces fue recompensado con una
bendición: logró que le dieran acceso en sueños al
espejo de las causas de todo, ahí observó la totalidad
de la creación, salida de la noche que fluye del
círculo exterior y paternal. Pudo sentir las matrices
que configuraron el mundo: el aire, el agua y el
fuego. Sus ojos fueron testigos de la configuración
de todo cuanto existe. Extasiado ante las maravillas
de crear de la nada el todo, olvidó que también
había convocado a los demonios, y éstos a su vez le
hicieron ver el otro lado de ese espejo: un mundo
sin fuego, sin aire, sin agua, lleno de seres indescriptibles
que chocaban entre sí extraviados en la
oscuridad total, que aullaban y gemían en extremo
sufrimiento, horribles a sus ojos cuando se acercaban
a la entrada del espejo, único vestigio de luz,
única iluminación en aquella región, con la intención
de sentir un poco de calor. Y aunque estaba
espantado de aquella visión, sintió pena por esos
seres que con ojos lastimosos lloraban sangre e
imploraban misericordia prometiendo, en el idioma
de las criaturas de la noche, que es universal y
todos entendemos, recompensar a aquel que lograra
liberarlos, pues eran dioses que ayudaron a la
creación del mundo pero que no pudieron escapar
del otro lado, y ahí quedaron atrapados.

»Día y noche trabajó haciendo variantes a su
modelo, pensando que los demonios no eran tales,
sino dioses que en verdad habían quedado aislados
en ese espacio oscuro y que habían prometido
ayudarlo en la empresa encomendada por el emperador.
Hasta que una mañana, después de dormir
muy poco, se levantó y se miró en el artefacto
creado por la inspiración no sólo de dioses, sino de
demonios también. Al principio la imagen reflejada
era de una nitidez maravillosa. Tan perfecta la
reproducción de su cuerpo que parecía haberse duplicado.
Embelesado por la maravilla de contemplarse
a sí mismo en toda su proporción, se atrevió
a tocarse. Y sí, sintió su piel, su calor, su mismo
espíritu detrás de esa aparente imagen e introdujo
su mano, luego su cabeza y finalmente cruzó el
espejo. Tuvo suerte de no alejarse mucho de esa
puerta espejo, pues segundos después de haber
entrado salió con el pelo completamente blanco y
fuera de sí. Su cuerpo lleno de rasguños, sus ropajes
desgarrados, sus ojos tan dilatados que parecía
haberse traído consigo la noche eterna. Cubrió el
espejo inmediatamente con un manto púrpura.

»Tan terrible e indescriptible fue la visión, que
su mujer, por más que intentó saber de dónde le
venía esa mirada tan destrozada, no pudo sacarle
una sola palabra. Waing nunca dijo qué vio del otro
lado del espejo. Pasaron algunos días y él seguía
sumido en un terror incierto y en un predicamento
mortal: por un lado el emperador quería el espejo
y, si no lo tenía para el amanecer del día siguiente,
le cortaría la cabeza; por el otro, Hung sabía que
aquel espejo era una puerta que podría dejar salir
lo peor de nosotros mismos, junto con esas criaturas
que, encerradas por la eternidad en el mundo
de lo no visible, estaban deseosas de vivir en el
mundo de lo concreto, de ser vistas y tocadas.

»Waing hizo lo que cualquier hombre sabio
hubiese hecho, quiso destruir el espejo. Pero como
era de mercurio, cada vez que intentaba romperlo,
este se unía otra vez. Lamentó su suerte y lamentó
su soberbia, pues por creer que podía ser capaz
de crear un puente entre dos mundos, que por
algo los dioses habían destruido, él en su orgullo
de inventor abrió la puerta y la puso al alcance de
los hombres. Viendo lo indestructible del espejo,
decidió fragmentarlo. Pidió al emperador un año
más para entregarle el espejo, argumentando que
ese tiempo tardaría el artesano en construir un soporte
digno de tal prodigio. El gobernante accedió.
Waing se puso a trabajar sin demora en la fragmentación
del espejo. Durante un mes, día y noche se
dedicó a dividir el mercurio y aislarlo en pequeños
frasquitos que luego iría a esparcir por el mundo.
Cuando hubo terminado su labor, salió una mañana
de verano con una carreta llena de frasquitos y
no se le volvió a ver nunca.

»Se cree que uno de estos frasquitos fue a dar
por el azar malicioso a la ciudad de Murano, en Italia.
Dos artesanos, Dominico y Andrea, lo encontraron
entre las cosas de un comerciante que decía
vender prodigios, y que además les relató la historia
del espejo chino. Cautivados por ese cuento
y por la posible verosimilitud del mismo, compraron
la sustancia. Se cree que a cada espejo hecho
le agregaban una milésima parte de la esencia de
mercurio de la puerta espejo de Waing Hung. Esto
daba a sus artefactos gran calidad en la imagen y
mucha belleza en el brillo; en efecto producían un
hermoso reflejo. Se hicieron ricos. No había competencia contra
ellos, muchos otros hicieron espejos más elaborados
incluso, pero ninguno igualaba la calidad
de la imagen reflejada. Se hizo traer mercurio de
China, contrataron obreros de esa latitud creyendo
que las manos de los chinos eran las apropiadas
para desarrollar espejos de alta calidad. Nada.

»Todos querían un espejo de los artesanos de
Murano, a pesar de los fuertes rumores de que
algunos de los compradores eran presas de terribles
sueños y que, al cabo de algunos meses, se les
encontraba muertos, con los ojos desorbitados,
negros y llenos de espanto. Otros enloquecían y
terminaban sus días encerrados, y unos pocos, los
que sufrían la peor suerte, eran devorados por los
espejos. Esto lo aseguró la esposa de un rico noble
que vio cómo una mano cetrina salía del espejo
y se llevaba a su esposo para siempre. Sin embargo,
estos rumores, porque así quisieron verlos, no
detuvieron la producción y la multiplicación de
puertas para las criaturas de los espejos. Cuando
murieron los hermanos Dominico y Andrea, que
curiosamente nunca tuvieron un espejo en casa, se
creyó que se habían llevado el maléfico secreto a
sus tumbas, y así fue, pero ya cientos de sus creaciones
vagaban por el mundo.»

domingo, 1 de mayo de 2011

El por qué de esta habitación





Nunca pensé que una escritora (Cecilia Eudave, no sé si de ella tengan alguna noticia) se interesaría en rastrear mis casos, documentarlos desde mis innumerables libretas y llevarlos a las páginas de un libro. Pero así sucedió y a partir de ese momento creí oportuno abrir este espacio para precisar o comentar algunas cosas en relación a los tres libros, que ella ya ha escrito, sobre los casos que he resuelto en estos años de labor subterránea, solitaria y oscura. Así como de nuevos expedientes que tengo en esta habitación y que confió alguna vez salgan a la luz. ¿Por qué razón? Porque todo lo oscuro debe ser iluminado y todo lo oculto descubierto. Pero por ahora sólo anuncio que estaré en esta habitación en diálogo abierto con los lectores de dichas obras y anotando en está bitácora de viaje cibernetico algunas de mis experiencias entre los parajes que se esconden detrás de lo visible.  
   Ah, por cierto, hasta ahora han visto la luz tres relatos de entre mis historias: La criatura del espejo (2007), El Enigma de la Esfera (2008) y Pesadillas al mediodía (2010). Como yo soy persona discreta y no suelo salir en fotografías, he pedido prestada una foto a la redactora de mis casos (la ya mencionada Cecilia Eudave) que posa con ellos a través del espejo. Sí ella habita una dimensión y yo otra por eso los títulos se leen al revés. Dejo, entonces, esta entrada como invitación a todos aquellos que deseen adentrarse en los confines de lo secreto, de aquello que la imaginación hace posible entre el miedo y el espanto.
   Soy la doctora Julia Dench y mi especialidad es lo que se encierra más allá de lo imaginario, porque todo lo que se imagina es tan real como lo que no soñamos...